(Palabras finales en la homilía de toma de posesión de Mons. José Luis
Retana)
Todos formamos la única Iglesia de Jesús; con osadía y sin miedo debemos
hacer visible al Señor y a su Iglesia en la tarea de la evangelización que se
nos encomienda.
Esa es realmente nuestra verdadera tarea.
Pongamos en el centro de nuestros desvelos a los pobres, por los que Cristo
mostró tan clara predilección y la Iglesia mira con amor preferencial; pedid
que yo sea con ellos acogedor y misericordioso. Tened paciencia conmigo y mis
limitaciones.
Os invito a que juntos contemos a nuestros diocesanos la belleza que supone
pertenecer a Cristo en su Iglesia y vivir cada una de las circunstancias de
nuestra vida, también las más dolorosas, desde Él.
Para cumplir tan bella tarea ponemos mi ministerio pastoral bajo la
protección de San Isidoro, patrono de la diócesis y San Sebastián, patrono de
la ciudad, y de María, bajo la advocación de la Virgen de la Peña de Francia,
tan venerada en nuestra diócesis, a quien visité el pasado día 1 y he pedido
ardientemente saber acompañaros y quereros como a hijos.
Que el Señor os bendiga a todos.
Mons. José Luis Retana, obispo de Ciudad Rodrigo